
o Domingo de ramos.
De origen cristinano, así se le llama a esta fiesta ilicitana que celebra la entrada de Jesus triunfante a Jerusalén. Es característico debido a la marea de palmas blancas que llevan los acompañantes en la procesión y que inundan las calles céntricas de la ciudad.
Se tienen noticias de la existencia de esta fiesta ya a mediados del siglo XIV y continúa vigente hasta nuestros días.